viernes, 14 de febrero de 2014

El tartamudo - Abelardo Sánchez León

o Tanto de no dicho


Esta es la vida de Monty, un niño tartamudo que nace en el seno de una familia acomodada de la Lima de los años 50s. Lo vemos vivir y crecer con su problema, observando el mundo desde su perspectiva y como se interrelaciona con las personas a su alrededor. Y así hasta llegar a París en su edad adulta, para regresar a Lima muchos años después.
"El tartamudo" no solo es la vida de Monty, la vida que tiene que sobrellevar con ese defecto que lo aisla poco a poco de todo, sino es un retrato de un sector de la sociedad limeña y su destino durante el siglo XX.


Comentario:

Leí este libro porque sabía que su autor había sido tartamudo cuando niño, y quería ver como plasmaba en una novela algo que vivió tan de cerca.
La novela consta de tres partes bien diferenciadas, la primera es la niñez-adolescencia de Monty en que se ve el entorno y la mentalidad de la sociedad limeña acomodada en la que Monty entra se podría decir como invitado, una vida de gente con dinero y con ínfulas de poder, de gente que creía que el Perú era su chacra.
Asistimos a su primer amor, que lo marca, y su lucha consigo mismo contra su tartamudez. El drama familiar también es algo que lo marca en estos años tempranos.
La segunda se desarrolla en Paris, Monty ya es un adulto y vive en los bajos fondos de Paris, vive del proxenetismo, en esta etapa dura de su vida se encontrara con algunas personas de su pasado, y se le nota más ensimismado, con una personalidad ya hecha y dura, en un entorno peligroso y lumpenesco.
La tercera es un regreso a Lima, a una cobacha en Santa Eulalia, donde ya dejo su amarga vida de Francia, pero no por eso deja de tener una vida de fantasma, de muerto en vida en la Lima de los años ochentas, en que su familia no es ni la sombra de lo que alguna vez fue. Esto hasta que una persona de su pasado tormentoso llama a su puerta.

Novela realista, algo dura en partes, introspectiva que nos muestra que tan fuerte puede golpearnos la vida, pero también enseñándonos que gran parte del resultado de nuestra vida depende de la actitud con la que respondemos.

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